viernes, 30 de octubre de 2015

Arquitectura.Plazas

Plazas





Plaza Corredera

Esta plaza es una de las más populares de la ciudad. De planta rectangular fue construida a finales del siglo XVII. En ella no se encuentra elementos de la arquitectura andaluza. Los edificios que rodean la plaza están construidos en estilo castellano. De este modo, la Plaza de la Corredera nos recuerda a la Plaza Mayor de Madrid y la de Salamanca.
Originariamente se celebró en esta plaza las corridas de toros. En su lado este emboca una estrecha calleja, la del Toril, por la cual entraban los toros en la plaza. Sin embargo, la Corredera era también escenario de fiestas religiosas y actos públicos. Aquí se llevaba a cabo ejecuciones y festejaba victorias militares. Hoy, la plaza es un punto de encuentro en el centro de la ciudad. Las cafeterías y bares que están situados en la galería inferior porticada son un lugar idóneo para reponer fuerzas. Bajo estas galerías se encuentran también pequeñas tiendas y negocios.


Plaza Tendillas


En el límite entre el casco histórico y el centro comercial de la ciudad, se encuentra esta emblemática plaza cuyo nombre deriva de la inmensa cantidad de pequeñas tiendas que la poblaron en otra época. Aún hoy desembocan de ella las principales calles comerciales. En su centro se encuentra la estatua ecuestre de Gonzalo Fernández de Córdoba, hijo de estas tierras y también conocido como el “Gran Capitán”. Esta plaza también es conocida por su reloj peculiar que marca la hora con acordes flamencos de una guitarra española.


Plaza del Potro


Esta plaza debe su nombre al potrillo que corona una fuente que se construyó en el centro de la misma. Antaño era el centro de un barrio popular y artesano. De las muchas posadas que había alrededor de la plaza, y que albergaban a los viajeros que llegaban a la ciudad, hoy en día sólo existe una. Esta posada, que toma el nombre de la plaza, fue morada de Miguel de Cervantes durante su estancia en la ciudad y ahora está considerada monumento artístico. En esta plaza se halla el antiguo Hospital de la Caridad que contiene hoy entre sus muros el Museo de las Bellas Artes y el Museo de Julio Romero de Torres.

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Plaza de los Capuchinos


Muchos creen que la Plaza de los Capuchinos, que debe su actual nombre al convento que se fundó en ella, es la plaza más hermosa de la ciudad de Córdoba. Cierto es que se trata de un lugar silencioso y místico. Lo que le da su esencia única a esta plaza es el cristo crucificado que se alza en su centro. El monumento fue erigido en 1794 por los frailes capuchinos y esta amparado por una pequeña verja de hierro. En sus orígenes se llamó Cristo de los Desagravios y Misericordia. Debido a los faroles que le iluminan por la noche, popularmente, se le llama el Cristo de los Faroles.



Plazadel Pañuelo

A pocos metros de la Mezquita-catedral está ubicada uno de los más peculiares rincones de la ciudad. Se trata de la Calleja Pedro Jiménez, conocida popularmente como la del Pañuelo. Toma su nombre por ser un pañuelo extendido en diagonal la medida de su ancho. Tras estrangularse al gálibo de una persona, se expande terminando en una plazoletilla. En ésta existe, a parte de jazmines y naranjos, una fuente adosada con pila cerámica envolviendo la tranquilidad de este lugar con el ruido del agua.


Plaza Jerónimo Páez

En esta plaza se encontraba en época romana el segundo teatro de todo el Imperio. Con una capacidad para 10.000 a 15.000 espectadores, sólo fue superado por el de Roma. Estuvo más de trescientos años en uso hasta que fue asolado en el siglo III por un terremoto. Los restos hallados fueron integrados en el Museo Arqueológico que tiene su sede en un palacio renacentista. El palacio perteneció a la familia de los Páez Quijano y su fachada data del siglo XVI. En la plaza se puede ver diferentes vestigios encontrados en la ciudad.













































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